12 casos de gente que ganó la lotería y lo perdió todo


Por Martin Green | Actualizado en 15 feb 2022

¿Es posible ganar la lotería y perderlo todo? ¿Podría llegar a convertirse en una experiencia negativa ganar el primer premio? ¿Es posible que el mundo se convierta en un lugar peor con una fortuna en el banco?

¡Por desgracia, sí! A veces puede llegar a ocurrir y, de hecho, hemos encontrado diversas historias de ganadores a quien la lotería les cambió la vida a peor.

Ganar la lotería puede ser una experiencia fantástica, ya que dispones de una inmensa cantidad de dinero que puedes gastar en lo que te apetezca. Sin embargo, algunos de los ganadores no son tan afortunados y su vida se convierte en un drama tan desgraciado que preferirían recuperar su antigua vida para empezar de nuevo.

Si bien las historias que te ofrecemos a continuación tienen un final triste, la mayoría de la gente que ha ganado la lotería disfruta de su buena suerte. Durante un tiempo llevan una vida con la que la mayoría de los mortales solo podemos soñar, una vida de lujo y experiencias increíbles.

Ganar la lotería: ¿una experiencia pésima para algunos?

¡En determinados casos, sí! En ocasiones el dinero solo trae problemas y desdicha. De repente, el peso del mundo recae sobre tus hombros y la vida no siempre cambia a mejor.

¿Puede destruirte la vida ganar la lotería?

A menudo, una experiencia en teoría fabulosa puede ser muy efímera. La falta de experiencia y la mala gestión financiera pueden destruirte la vida, aunque no hayas ganado la lotería. 

¡De hecho, hay gente que preferiría no haber ganado ningún premio! Son muchos los que cometen graves errores y toman decisiones incorrectas que desembocan en disputas familiares, la ruina económica e, incluso, en la muerte y asesinato.

James Allen Hayes: el atracador veterano, 19 millones de dólares, California.

James Allen Hayes ganó 19 millones de dólares en la Superlotto californiana, en 1998. Gracias al pago anual garantizado de 684.000 $, la vida de este supervisor de guardias de seguridad del sur de California no podía ir a mejor.

¡Hasta que fue víctima de la «maldición de la lotería»!

Su mujer se divorció de él y se quedó con la mitad de sus bienes, que se redujeron aún más cuando aceptó el cobro de un pago único de 6 millones de dólares. Aun así, se trataba de una cantidad nada despreciable. Con el paso de los años, su incontrolable adicción a la heroína, provocada tras una intervención de espalda, lo llevó a gastar 1.000 $ a la semana.

Tampoco le ayudó mucho que destrozara su Ferrari. ¡Ni que se quemara su edificio de apartamentos!

Y ahora llega lo increíble: incapaz de aceptar su desastrosa situación, James empezó a atracar bancos para resarcirse económicamente.

Amenazó a diversos cajeros con una pistola imaginaria en 11 ocasiones y se llevó un botín en efectivo ¡que solo ascendió a 40.000 $!

El veterano atracador fue detenido por el FBI en 2017 y su vida se convirtió en un auténtico desastre.

Michael Carroll: el rey de los suburbios, 9,7 millones de libras, Reino Unido

La de Michael Carroll es una historia de autodestrucción increíble. De alguien que lo ganó todo y lo perdió todo.

Con solo 19 años, Michael ganó un premio de unos 15 millones de euros al cambio y libres de impuestos gracias a la lotería del Reino Unido en 2002. En 2012 lo había perdido todo y trabajaba de carbonero en Escocia. 

En pocos años, Michael despilfarró toda la fortuna en alcohol, drogas, orgías y prostitutas. Tuvo que ir a juicio en 30 ocasiones acusado de diversos delitos, a menudo bebido y haciendo gestos obscenos a los presentes.

Conocido como el Pirado de la lotería, sus hazañas incluyen:

  • Arrancar una araña de luz del techo de un hotel mientras se columpiaba.
  • Pasar tres meses en la cárcel por delitos relacionados con las drogas.
  • Múltiples despidos y juicios por vandalismo.
  • Condena por destruir las lunas de 32 vehículos y escaparates de tiendas armado con un tirachinas y rodamientos.
  • La prohibición de organizar espectáculos de destrucción de coches en su jardín trasero.

Un periodista de la prensa local entrevistó a Michael cuando este ya no tenía dinero. Le preguntó si se arrepentía de haber derrochado todo el premio, a lo que Michael respondió: «No porque he vivido la vida». ¡Por desgracia, aún le quedaban muchos años de vida por delante!

Pero no todo iban a ser malas noticias. Su mujer se divorció de él en 2008 por sus infidelidades y por los malos hábitos que había adquirido. ¡Sin embargo, al cabo de un tiempo se reconciliaron y volvieron a casarse!

¿Y cuál es el punto de vista de Michael en todo eso? «Fueron los 10 mejores años de mi vida, y todo por un billete de lotería que solo me costó 1 £».

Advertencia: conseguir un gran premio a una edad joven puede suponer un desastre a largo plazo. La cifra de dinero es desorbitada y el subidón no tiene igual. Sin embargo, la falta de experiencia y el derroche frívolo pueden arrojarte a los infiernos en solo unos años.

Jay Sommers, 5,8 millones de dólares, Michigan

Jay Sommers tenía solo 20 años cuando ganó 5,8 millones de dólares en la lotería de Michigan en 1988.

Cuando recibió el primer cheque del premio, se compró cinco coches. En solo dos meses y medio se gastó el primer pago, que tenía una periodicidad anual.

Despilfarró el dinero demasiado rápido y tuvo problemas fiscales y de gestión financiera. Cometió el error de confiar las finanzas a un amigo, que lo malgastó en malas inversiones y negocios turbios.

La situación se volvió tan desesperada, que un día Jake se vio obligado a aceptar un trabajo de repartidor de pizzas. Sin embargo, lo peor de todo era cuando la gente lo reconocía en la calle. «Era muy humillante», declaró.

Jay era un joven inexperto e irresponsable, incapaz de gestionar la riqueza que había obtenido de golpe. Después de comprarse un Chevrolet e iniciar una carrera de piloto de carreras, acabó cuarto de cuarenta y dos pilotos, con una velocidad media de 299 km/h. ¡Lo único que iba más rápido que él era la velocidad a la que gastaba dinero!

Abraham Shakespeare, 16,9 millones de dólares, Florida

En 2006, Abraham Shakespeare y un amigo pararon en una tienda de barrio a comprar boletos de lotería. Cuando ganó el premio mayor de Florida, Abraham solicitó el pago único de 16,9 millones de dólares.

Lo primero que hizo fue comprarse una casa en North Lakeland para él y otras para sus primos, aunque también liquidó las deudas de algunos de sus amigos. Sin embargo, la nueva situación se le escapó de las manos debido a su falta de experiencia y de estudios.

Su séquito de nuevas amistades lo ayudaron a despilfarrar el dinero que había ganado. Cuando ya solo le quedaban 2 millones, le presentaron a Dee Dee Moore, que se ofreció a escribir un libro sobre su vida y su historia. Se convirtió en su asesora financiera y le aconsejó que rompiera la relación con sus amigos y se quedara en casa.

Cuando sus padres denunciaron su desaparición, encontraron su cadáver bajo una losa de hormigón, en el jardín trasero de un conocido. El 19 de febrero de 2010 Dee Dee Moore fue acusada de asesinato en primer grado.

Jeffrey Dampier, 20 millones de dólares, Florida

En 1996, Jeffrey Dampier ganó el premio mayor de la lotería de Illinois que ascendió a 20 millones de dólares.

Se mudó a Tampa Bay, Florida, e invirtió una parte del dinero en una empresa llamada Kassie’s Gourmet Popcorn.

Después de divorciarse y repartir las ganancias con su exesposa, conoció a su futura mujer, Crystal Jackson. También tuvo una relación estrecha con las dos hermanas de Crystal, Victoria y Terri y, de hecho, se encargó de gestionar sus finanzas por un motivo muy poco inocente…, ¡ya que tenía una aventura con Victoria!

Sin embargo, resulta que Victoria también salía con otro hombre, Nathaniel. Cuando supieron que Dampier poseía una gran riqueza, los celos y la envidia se apoderaron de ellos.

En 2005, la pareja asesinó a Jeffrey llevada por una mezcla de celos y codicia. Victoria le descerrajó un disparo en la cabeza y lo mató al instante.

Todavía está cumpliendo condena y lamenta el día en que se dejó cegar por el dinero de Jefrey. «¡Es una maldición!», declaró.

Urooj Khan, 1 millón de dólares, originario de la India

Urooj Khan murió envenenado con cianuro cuando solo habían pasado unas pocas semanas desde que había ganado un premio de 1 millón de dólares en una tarjeta de rascar, en 2012.

Originario de la India, Khan era el dueño de diversas tintorerías de Chicago. Aunque no ganó la cantidad más elevada de la historia de los premios de lotería, esa tarjeta de 1 millón de dólares le permitió embolsarse 424.449 $.

A pesar de que en un principio se dictaminó que se trataba de una muerte por causas naturales, tras realizar pruebas adicionales el médico forense determinó que había muerto envenenado.

No se ha producido ninguna detención relacionada con el asesinato, que provocó que Krooj muriera entre convulsiones, escupiendo sangre. A pesar del tiempo que ha transcurrido, la policía no ha podido solucionar el caso.

Ten en cuenta que a menudo se publican informaciones falsas sobre los ganadores de lotería. Se dice, por ejemplo, que un 70% de los ganadores se arruinan en un plazo de siete años, pero es mentira. Algunas de estas personas mueren por enfermedad, por asesinato o se suicidan. Muchas otras se arruinan porque no saben gestionar su patrimonio, gastan más de la cuenta o sufren adicciones compulsivas.

William «Bud» Post III: 16,2 millones, Pensilvania

William Post ganó la mitad del premio mayor de la lotería de Pensilvania en 1988, lo que le permitió embolsarse un total de 16,2 millones de dólares.

En 1989, su hermano intentó cobrar una herencia ilegal y contrató a un sicario para que asesinara a Post y a su sexta mujer. Sin embargo, el intento fracasó y fue detenido.

A partir de ahí, todo empeoró. Tras una denuncia relacionada con los billetes de lotería, un juez dictaminó que Post debía pagar un tercio de las ganancias a Ann Karpik. Post se negó y le congelaron los pagos del premio hasta la resolución del caso.

En 1998, fue detenido por no cumplir una breve condena de cárcel por una agresión.

Se declaró en bancarrota, su estado de salud empeoró y perdió el control de sus finanzas. Cortó toda relación con la mayoría de su familia y murió poco después de recibir un cheque de invalidez de la Seguridad Social por un importe de 558 $.

Evelyn Marie Adams, 5,4 millones de dólares, Nueva Jersey

Evelyn ganó dos veces la lotería, en 1985 y 1986, lo que le permitió embolsarse un total de 5,4 millones de dólares. Sin embargo, era una jugadora compulsiva y llegaba a gastar 100 $ a la semana solo en boletos de lotería.

A pesar de todo, la alegría de los premios le duró poco ya que no le gustaba que la reconocieran por la calle. Y aunque muchas personas se alegraron por ella, otras la convirtieron en objeto de su resentimiento.

¡En 2012, había perdido todo el dinero que había ganado! Lo despilfarró en las mesas de los casinos de Atlantic City, por gastarlo frívolamente, por tomar decisiones económicas poco acertadas y por invertir en negocios que fracasaron.

Y un dato no muy divertido: hace unos años encontraron a un hombre muerto en Michigan con un billete de lotería premiado con 45.000 $ en la cartera. ¡Uno de los accidentes de navegación más desafortunados que se recuerdan!

Andrew «Jack» Whittaker, 113,4 millones de dólares, Virginia Occidental

La Nochebuena de 2002, Andrew Whittaker compró 100 $ de lotería, ya que el bote había superado los 100 millones de dólares. Ganó y se embolsó un premio de 113,4 millones de dólares después de impuestos.

Por increíble que parezca, Andrew ya tenía un patrimonio de 17 millones $, ya que era el presidente de una importante empresa contratista de Virginia Occidental.

Sin embargo, enseguida empezaron los problemas. En 2003, unos ladrones le entraron en el coche y le robaron 545.000 $!

En 2004, el novio de su nieta murió en casa de Whittaker tras una sobredosis de drogas. Dos meses después, también encontraron muerta a su nieta en la finca de un amigo.

Tuvo varios problemas en los tribunales, problemas de ludopatía y firmó cheques sin fondos por importe de varios millones de dólares.

En 2009, Ginger Wittaker Bragg, la madre de su nieta, también murió.

Aunque Whittaker logró mantener la estabilidad económica, vivió un auténtico calvario. En 2016, un incendio arrasó su casa, que no estaba asegurada.

Alex y Rhoda Toth, 13 millones, Florida

Alex y Rhoda sufrían penurias económicas, pero en 1990 ganaron el premio mayor de 13 millones de dólares.

La fortuna se les subió a la cabeza. Se fueron a vivir a hoteles lujosos y perdieron grandes cantidades de dinero en Las Vegas. Al final, regresaron a Florida y compraron una casa, donde fijaron su residencia.

Sin embargo, no acabó ahí el despilfarro ya que siguieron gastando a diestro y siniestro. Cuando Alex Toth murió en 2008 se enfrentaba a una grave acusación de diversos delitos fiscales. La pareja vivía en pésimas condiciones y no podía hacer frente siquiera a las facturas de la luz.

Por increíble que parezca, dos años después de la muerte de su marido Rhoda Toth fue condenada a dos años de cárcel. Está convencida de que ganar la lotería fue lo peor que le pudo ocurrir en la vida.

Esta pareja perdió el mundo de vista por culpa de la fama y no supo gestionar su fortuna.

Billie Bob Harrell Jr., 31 millones de dólares, Texas

En 1997, cuando Billie Bob ganó 31 millones en la lotería de Texas, pensó que aquello suponía el fin de todos sus problemas. ¡Nada más lejos de la realidad!

Jamás asimiló el estrés que le generó pasar a ser rico de la noche a la mañana. Se convirtió en objeto de atención no deseada y tuvo que cambiar de número de teléfono varias veces. Cometió varios errores financieros y se separó de su mujer.

Cuando solo habían pasado 20 meses desde que había ganado el premio, Billie Bob se encerró en una habitación y se pegó un tiro en el pecho. Murió en el acto. Tal y como él mismo dijo «ganar la lotería es lo peor que me ha pasado».

Hay gente que gana la lotería, pero no recibe nada

Para acabar, una última historia muy triste. 

¡Martyn y Kay Tott, del Reino Unido, ganaron 3 millones de libras jugando a UK Lotto, pero perdieron el boleto!

Camelot Group confirmó la legitimidad del billete perdido, pero decidieron no pagar nada porque la solicitud de cobro se había presentado después de la fecha límite de 30 días que establecen las normas.

No hay palabras para expresar el duro golpe que sufrieron. «Te consume por dentro y somete al matrimonio a una tensión insoportable. No se me ocurre una tortura más cruel», declaró Kay Tott.

Al final, la pareja decidió separarse al considerar que el matrimonio no tenía futuro.

Los ganadores más jóvenes y sus tragedias

Ganar un gran premio de lotería puede ser una experiencia catastrófica cuando solo eres un adolescente ya que apenas tienes experiencia y no sabes moderar la gran capacidad de gasto que pasas a tener de la noche a la mañana.

Resulta muy complicado tener una perspectiva acertada sin un guía que te aconseje y, a menudo, el afortunado cree que será rico para siempre. Esta explosión de euforia puede ser muy difícil de aceptar cuando todo ha acabado.

Callie Rogers, 1,9 millones de libras, Reino Unido

Callie Rogers, del Reino Unido, solo tenía 16 años cuando ganó la lotería. En 2003 se embolsó un premio de 1,9 millones de libras , ¡libres de impuestos!

Sin embargo, poco le duró el dinero. Se lo gastó en:

  • 11.500 £ en unos implantes de pecho
  • 85.000 £ en deportivos de lujo
  • 250.000 £ en cocaína
  • 300.000 £ en ropa
  • 180.000 £ en una casa nueva
  • 76.000 £ en comprarle la casa a su madre

Este frenesí derrochador acabó pasándole factura. En 2013 intentó suicidarse cuando solo le quedaban 2.000 £ en el banco.

Stuart Donnelly, 2 millones de libras, Reino Unido

Stuart Donnely, también ciudadano británico, ganó 2 millones de libras en 1997. Sin embargo, no tardó en perder el control de las riendas de su vida.

Se fue de la ciudad donde había vivido toda la vida y dejó los estudios para llevar una vida de lujo. A pesar de que donó importantes cantidades a buenas causas y se compró propiedades de lujo, empezó a llevar una vida muy recluida, incapaz de manejar la atención no deseada.

En 2010, lo encontraron muerto en su casa, cuando solo tenía 29 años.

Conclusión

Para algunas personas, ganar la lotería no acaba siendo la experiencia fabulosa que siempre habían imaginado. Muchos habrían preferido no ganar nada y no convertirse en millonarios de la noche a la mañana. A este tipo de personas les cuesta manejar la presión y la expectación que genera tener tanto dinero.

La clave para no perder todo el patrimonio consiste en gestionar adecuadamente el dinero. Por desgracia, mucha gente no sabe hacerlo o la suerte les llega a una edad muy temprana. En lugar de pensar en las consecuencias a largo plazo, prefieren gastar a lo loco y no tienen en cuenta el duro golpe que supone cuando despiertan de su sueño.

Por suerte, esta gente es una minoría. La mayoría disfruta de experiencias positivas que les permiten llevar una vida desahogada. Encontrarás estas historias gratificantes en nuestro artículo Historias de éxito y ganadores que aún conservan la fortuna.

De modo que ya sabes: si ganas un gran premio, ten cabeza. Tómate tu tiempo, actúa con discreción e intenta no convertirte en el centro de atención. Luego busca un asesor financiero y elige el siguiente movimiento con mucho cuidado. ¡Una vez que hayas puesto los cimientos, a gastar y a vivir la vida!

Si quieres profundizar en este tipo de información, podrás saciar tu curiosidad en nuestro artículo ¿Quiénes son los afortunados ganadores de los premios de lotería más grandes de todos los tiempos?.